La edad en sí misma no es un impedimento para una cirugía ocular. |
Prácticamente una vez por semana algún paciente me pregunta si no está demasiado viejo como para hacerse un tratamiento o una cirugía por alguna enfermedad ocular. Lo más frecuente es en relación a las cataratas, pero también hay otras causas: degeneración macular, complicaciones oculares de la diabetes o incluso desprendimiento de retina. La verdad es que he tenido muy pocos casos en los que he acordado en contra de efectuar un tratamiento por la edad de un paciente, y esto se puede explicar por varias causas.
Primero, la edad es un factor de riesgo para la anestesia general, pero la inmensa mayoría de las cirugías oculares no se hacen con este tipo de anestesia. En su lugar, se utiliza una anestesia local, que puede ser en gotas o con una inyección alrededor del globo ocular, y al mismo tiempo se dan sedantes por una vía endovenosa que se coloca en el brazo. De este modo, uno se siente mucho más relajado, lo que facilita el procedimiento. De esta manera, no hay riesgo asociado a la anestesia en sí mismo, pero igual es muy importante hacer un examen previo. El examen prequirúrgico normalmente incluye un análisis de sangre y un electrocardiograma. Además, un anestesiólogo y/o un cardiólogo supervisan siempre el estado general del paciente durante el procedimiento quirúrgico, para mayor seguridad.
La segunda razón tiene mucho más peso y es más compleja que la anterior. Creo que tiene que ver con la idea que tienen algunas personas de que a partir de cierta edad, ya es tarde para muchas cosas. Es interesante ver cómo esta supuesta edad límite es completamente variable y depende de cada individuo. Muchos me preguntan: "¿Le parece, doctor? ¿Cirugía a mi edad? Mire que tengo ..." y lo que sigue es una cantidad de años, que según me tocado, puede ir de 65 a 100 años. Curiosamente, otros pacientes ni consideran su edad, y no son pocos los que en este grupo tienen más de 90 años. Más que la edad, me parece mucho más importante a la hora de decidir si un tratamiento puede ser beneficioso considerar cómo se encuentra la persona en su salud general. Una persona independiente, que se desempeña sola en sus tareas cotidianas es una candidata ideal, sin importar la edad.
Recuerdo una paciente que operé de cataratas de ambos ojos, un ojo un día y a la semana el otro. Me acuerdo sobre todo de ella porque era muy vivaz y activa, y mientras la controlaba al día siguiente de la segunda cirugía, me comentó que iba a tomar un colectivo para volver a su casa con su amiga, quien la acompañaba a las consultas y a las cirugías. Me lo dijo en el contexto de que podía ver el número del colectivo sin anteojos después de la cirugía, que viajar entonces era más fácil y que "las dos horas de viaje se le pasaban volando mientras charlaba". Ahí reparé que vivía en La Plata, que viajaba sola o acompañada a la consulta cada vez, ¡y que tenía 92 años! Todos esos datos estaban en la historia clínica, pero su aspecto y modo de desenvolverse tan independientemente parecían de 20 años menos... Desde entonces, tiendo a preguntarle varias veces a cada paciente cómo planea volver a su casa después de las cirugías ambulatorias (ya casi nunca se hacen internaciones en las cirugías oculares), si bien esto no tiene que ver con el tema de esta publicación.
La idea que pretendo transmitir no es que hay tratar a todas los personas de cualquier edad en todos los casos, sino que hay que evaluar un montón de cosas antes de decidir a favor o en contra de un tratamiento. La edad, entonces, tiene poco peso en la decisión, como conté más arriba, y sí es fundamental el estado de una persona. También hay que tener en cuenta cuánto afecta o podría afectar el problema visual a la vida de cada persona. Y los riesgos potenciales, por supuesto. Muchas veces un tratamiento quirúrgico no es la opción adecuada, o los riesgos no justifican el beneficio que se podría lograr. El tema es claramente muy variable en cada caso y es algo que hay que charlar bien entre el paciente y el médico. Yo trato siempre de incluir a una persona cercana del paciente en la discusión porque muchas veces aportan apreciaciones muy útiles. Y siempre es bueno estar acompañado y consultar cuando hay que tomar una decisión importante, como lo es realizar una cirugía.
Felicito al Dr Galletti por difundir sus conocimientos y hacerlo de modo claro y sencillo
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